Pensamiento Independiente

Las personas autistas somos buenas pensando independientemente.

Muchas personas tienen que lidiar con la presión de grupo, que es cuando la gente a tu alrededor te presiona para hacer algo.

Puede que termines haciendo lo que te dicen aun cuando no deseas hacerlo, porque quieres agradarle a la gente. Por ejemplo: puede que veas una película que odias porque tus amigos quieren verla.

A las personas no-autistas les cuesta mucho decir que no a la presión de grupo. Les angustia mucho la idea de no agradarles a los demás. Las personas autistas también pueden pasarla mal con la presión de grupo, pero es más fácil para nosotros pensar independientemente. Esa presión no suele afectarnos tanto.

Cómo pensamos independientemente, a veces ignoramos las reglas. Por ejemplo: si estamos en una fiesta en la que hay mucho ruido, puede que simplemente nos vayamos, aunque sabemos que la regla es no irse antes de tiempo.

Las personas no-autistas suelen ponerse de acuerdo fácilmente en qué es lo más importante, pero las personas autistas pueden ver las cosas de una manera distinta.

Por ejemplo:

James es autista. Tiene una amiga llamada Anne. Anne le cuenta que un mapache se metió a su casa y desordenó toda su habitación. Los otros amigos de Anne se enfocan en ayudar a Anne a limpiar su habitación. James está de acuerdo en que la habitación de Anne necesita ser limpiada, pero cree que es más importante asegurarse primero de que el mapache se encuentre bien. Los otros amigos de Anne no están de acuerdo con James. James no está haciendo nada malo, ni tampoco los amigos de Anne. Simplemente tienen ideas diferentes.