Muchas personas autistas no hacen contacto visual. Hacer contacto visual puede hacernos sentir mal o dificultar que le prestemos atención a lo que nos dicen. Puede ser difícil escuchar lo que alguien dice y mirarlo a los ojos al mismo tiempo. Así que no lo miramos a los ojos.
Las personas no-autistas pueden adivinar los sentimientos de los demás mirándolos a los ojos. También usan el contacto visual para expresar sus propios sentimientos. Por eso para ellos el contacto visual es tan importante.
Las personas autistas tenemos formas diferentes de compartir nuestros sentimientos, y mirar a los ojos no es una de ellas. Por ejemplo, podemos simplemente decir cómo nos sentimos.
A veces, algunas personas autistas pueden fingir que miran a los ojos, fingir que hacemos contacto visual, por ejemplo, mirando a la nariz. O podemos mirar a los ojos a pesar de que nos resulte muy incómodo hacerlo. A algunas personas autistas no les molesta para nada mirar a los ojos, pero a la mayoría de nosotros sí nos afecta.