Capítulo 4

Datos Reales del Autismo

Muchas personas tienen ideas equivocadas del autismo, y además hay mucha información errónea dando vueltas en la sociedad. En este capítulo, hablaremos de algunas creencias equivocadas que las personas tienen sobre el autismo, y cómo son realmente las cosas en el autismo.

1. Las vacunas no causan autismo.

Las vacunas son inyecciones que te aplican para ayudarte a no enfermarte. Por ejemplo, la vacuna contra la gripe sirve para evitar que te enfermes de gripe.

En 1997, un científico llamado Andrew Wakefield mintió diciendo que las vacunas causaban autismo. Muchos científicos probaron que estaba equivocado y demostraron que el autismo no es causado por las vacunas. Pero aun así, todavía hay gente que cree que las vacunas causan autismo. Estas personas no vacunan a sus hijos porque piensan que es mejor que se enfermen a que sean autistas. A los autistas nos ofende que piensen eso y que el autismo les dé tanto miedo.

Las vacunas son seguras y evitan que la gente se enferme. Si las personas no le tuvieran tanto miedo al autismo se darían cuenta de lo seguras que son las vacunas. Eso sería lo mejor para todos.

No sabemos qué cosa nos hace autistas, pero sí sabemos que el autismo es genético. Eso quiere decir que aparece antes de que hayas nacido, y se hereda de la familia. Es común que las personas autistas tengamos otros familiares autistas.

Por último, lo que causa el autismo no es tan importante. Lo que importa es que las personas autistas. Tenemos el derecho de vivir una buena vida sin importar lo demás.

2. El autismo no es una enfermedad. No se puede curar el autismo.

Una enfermedad es algo que te pone en mal estado. Las enfermedades nos pueden hacer mucho daño o incluso pueden matarnos. Cuando una persona se enferma, necesita ir al doctor para “recuperarse” de la enfermedad.

El autismo no es una enfermedad. El autismo es la forma cómo nuestro cerebro funciona. El autismo no daña nuestra salud y no se puede morir de autismo.

Los doctores no pueden curar el autismo, y no podemos “recuperarnos” del autismo y convertirnos en personas no-autistas. Seremos autistas toda nuestra vida. ¡Eso siempre será una parte de nuestra persona!

Generalmente las personas enfermas quieren una cura, pero la mayoría de las personas autistas no quieren una cura para su autismo.

El objetivo de una cura es “arreglar” algo, y las personas autistas no necesitamos que nos arreglen.

A algunas personas no les importa lo que nosotros queremos. Quieren encontrar una cura para el autismo, y gastan mucho tiempo y dinero en eso. Eso no es bueno para las personas autistas. La gente debería usar ese tiempo y dinero en ayudarnos a vivir una buena vida.

3. No existe una persona “normal” adentro de una persona autista.

Algunas personas hablan del autismo cómo si no fuera una parte de la persona que somos. Piensan que existe una persona “normal” dentro de nosotros, y que esa persona está escondida detrás de nuestro autismo.

Esas personas quieren deshacerse de nuestro autismo para que podamos ser esa persona normal, pero esa idea de hacernos normales al llevarse nuestro autismo es imposible.

Somos autistas de pies a cabeza. No existe una persona normal atrapada dentro de una persona autista. El autismo es parte de lo que somos. Somos autistas y eso está muy bien.

4. Siempre han existido personas autistas alrededor del mundo.

La gente dice que ahora hay más personas autistas que antes, pero eso no es cierto. Lo que pasa es que los doctores están mejorando su forma de diagnosticar.

En el año 2000, los doctores decían que 1 de cada 150 personas es autista. Actualmente, piensan que 1 en cada 59 personas es autista. Esto no ocurre porque estén naciendo más personas autistas. Es porque la ciencia médica va mejorando.

Aun así, los doctores no son perfectos. A veces no logran detectar el autismo en algunas personas, cómo en las mujeres y las personas racializadas.

Los doctores están tratando de mejorar sus técnicas de diagnóstico del autismo. Eso significa que el número de personas con un diagnóstico de autismo podría seguir creciendo . Eso es algo bueno, porque quiere decir que más personas autistas podrán recibir los apoyos que necesitan.

5. ¡Está bien ser autista! El autismo no es malo.

El autismo es la forma cómo funcionan algunas mentes. Hay cosas que son difíciles de hacer para las personas autistas, pero a todas las personas se les dificultan ciertas cosas.

¡Además, las personas autistas también tenemos fortalezas! Hay cosas del autismo que pueden hacer que nuestra vida cotidiana sea más difícil, pero eso no quiere decir que el autismo sea malo.

Muchas de las cosas más difíciles de ser autista no ocurren por culpa del autismo, ocurren por culpa de las otras personas.

Por ejemplo, hay personas que pueden tratarnos mal porque somos autistas. Puede ser que no entienden el autismo, y que quieran mantenernos separados de las personas no-autistas.

Nada de eso ocurre porque el autismo sea malo, ocurre porque esas personas están siendo injustas. Necesitamos hacer que el mundo sea un lugar mejor para las personas autistas.

6. Los adultos autistas somos adultos. Nuestras mentes son mentes adultas.

Algunas personas usan el concepto de “edad mental”. Las personas dicen “edad mental” cuando hablan de las discapacidades del desarrollo. Los adultos con discapacidades del desarrollo tienen muchas necesidades. Algunos necesitamos ayuda con cosas que la mayoría de niños pueden hacer solos, por eso hay personas que dicen que nuestras mentes son cómo las de los niños.

Algunas personas autistas tienen intereses que generalmente suelen tener los niños, pero no los adultos. Además, podemos hablar cómo los hacen los niños, o jugar de forma parecida a cómo juegan los niños. Algunas personas pueden decir que somos cómo niños debido a eso, pero esas personas se equivocan.

Por ejemplo:

Beth tiene 36 años y tiene una discapacidad intelectual. No puede distinguir el lado derecho del lado izquierdo, y le gusta el programa de TV: Las pistas de Blue. Un doctor piensa que Beth es cómo una niña de 5 años, y dice que su “edad mental” son 5 años. Eso no tiene sentido, porque Beth ha estado viva por 36 años. Su cerebro no es cómo el cerebro de una niña de 5 años, y por tanto, es grosero decir que ella es cómo una niña.

Ser considerado cómo un niño no tiene que ver con lo que puedes o no puedes hacer, ni con la manera cómo hablas o juegas. Ser considerado un adulto tampoco tiene nada que ver con eso.

Cada año que vivimos aprendemos y maduramos un poco más. La edad de las personas son los años que tienen, la edad mental es un concepto equivocado.

Los adultos autistas no tenemos mentes de niños, tenemos la mente de adultos autistas. Los adultos autistas con discapacidades intelectuales también son adultos.

Las personas autistas tenemos el mismo derecho a hacer cualquier cosa que otro adulto pueda hacer. Las personas adultas podemos tener relaciones sexuales, casarnos, tener hijos, tomar nuestras propias decisiones y escoger cómo vivir nuestras propias vidas.

Puede que algunas cosas las hagamos de forma distinta a las personas no-autistas, y puede que necesitemos más apoyo. Pero no por eso dejamos de ser adultos.

7. Las personas autistas seremos autistas toda nuestra vida.

Las personas autistas nacemos autistas. Pero, cómo todos los bebés se ven iguales, no podemos saber mucho sobre las características de un bebé hasta que no crezca un poco.

Generalmente no podemos saber si un bebé es autista hasta que no se convierte en un infante. Eso no quiere decir que el bebé se convirtió en autista cuando se convirtió en infante. Siempre fue autista, pero las demás personas no podían saberlo.

Las personas autistas crecen y se convierten en adultos autistas. No dejamos de ser autistas, el autismo no es una etapa del crecimiento que se deja atrás. Si eres autista ahora, significa que fuiste autista desde el momento que naciste y serás autista hasta el día que mueras.

Los adultos se ven y se comportan distinto que los niños. Eso es cierto para todas las personas. Los adultos autistas se ven y se comportan distinto que los niños autistas.

Aprendemos nuevas habilidades, desarrollamos nuevos pasatiempos y hacemos nuevos amigos. Algunas cosas que eran difíciles cuando éramos niños se nos hacen más fáciles de adultos.

La mayoría de las películas, libros e historias se enfocan en los niños autistas, por eso mucha gente cree que no existen los adultos autistas. ¡Pero los adultos autistas existimos! Lo que pasa es que nos vemos diferente.

A algunas personas autistas se les enseña a fingir que no son autistas. Hay personas que nos amenazan para que no nos comportemos cómo autistas, pero seguimos siendo autistas en nuestro interior. Fingir que no somos autistas hace las cosas más difíciles para nosotros , y nos hace daño.

Cuando nos hacemos adultos podemos aprender a fingir mejor. Las personas pueden vernos y pensar que no somos autistas, pero no es cierto. Seguimos siendo autistas – solo estamos fingiendo que no lo somos, y eso nos lastima.

Los niños autistas se convierten en adultos autistas. No deberíamos tener que fingir que no somos autistas. La gente debería saber que los adultos autistas existimos.

8. La mayoría de las personas autistas hablan, pero todos nos comunicamos.

Algunas personas creen que los autistas no podemos hablar, pero se equivocan. La mayoría de las personas autistas podemos hablar.

Algunas personas autistas pueden hablar desde que son pequeños, y otros nos tardamos más tiempo en aprender.

Algunos podemos hablar, pero nos resulta difícil.

Es cierto que algunas personas autistas no pueden hablar nada ¡pero eso no tiene que ser algo malo! Hay muchas maneras distintas de comunicarnos, y todas las personas autistas nos comunicamos.

Todos tenemos la necesidad de comunicarnos, sin importar si podemos hablar o no.

9. El autismo y la discapacidad intelectual no son lo mismo.

El autismo y la discapacidad intelectual tienen algunos puntos comunes, pero son discapacidades diferentes. Una persona puede tener una o la otra, o ambas, o ninguna.

Las discapacidades intelectuales influyen en la forma de aprender y en la forma de pensar. Las personas con discapacidades intelectuales pueden aprender más lentamente, y pueden necesitar más apoyo en su vida cotidiana.

Las personas con discapacidades intelectuales sí piensan y sí aprenden, solo que lo hacen de un modo distinto.

Algunas personas autistas también tienen discapacidades intelectuales, pero la mayoría no las tenemos. ¡Hay muchas formas diferentes de ser autista!