1. Las vacunas no causan autismo.

Las vacunas son inyecciones que te aplican para ayudarte a no enfermarte. Por ejemplo, la vacuna contra la gripe sirve para evitar que te enfermes de gripe.

En 1997, un científico llamado Andrew Wakefield mintió diciendo que las vacunas causaban autismo. Muchos científicos probaron que estaba equivocado y demostraron que el autismo no es causado por las vacunas. Pero aun así, todavía hay gente que cree que las vacunas causan autismo. Estas personas no vacunan a sus hijos porque piensan que es mejor que se enfermen a que sean autistas. A los autistas nos ofende que piensen eso y que el autismo les dé tanto miedo.

Las vacunas son seguras y evitan que la gente se enferme. Si las personas no le tuvieran tanto miedo al autismo se darían cuenta de lo seguras que son las vacunas. Eso sería lo mejor para todos.

No sabemos qué cosa nos hace autistas, pero sí sabemos que el autismo es genético. Eso quiere decir que aparece antes de que hayas nacido, y se hereda de la familia. Es común que las personas autistas tengamos otros familiares autistas.

Por último, lo que causa el autismo no es tan importante. Lo que importa es que las personas autistas. Tenemos el derecho de vivir una buena vida sin importar lo demás.