Capítulo 2

Pensamiento Independiente

Las personas autistas somos buenas pensando independientemente.

Muchas personas tienen que lidiar con la presión de grupo, que es cuando la gente a tu alrededor te presiona para hacer algo.

Puede que termines haciendo lo que te dicen aun cuando no deseas hacerlo, porque quieres agradarle a la gente. Por ejemplo: puede que veas una película que odias porque tus amigos quieren verla.

A las personas no-autistas les cuesta mucho decir que no a la presión de grupo. Les angustia mucho la idea de no agradarles a los demás. Las personas autistas también pueden pasarla mal con la presión de grupo, pero es más fácil para nosotros pensar independientemente. Esa presión no suele afectarnos tanto.

Cómo pensamos independientemente, a veces ignoramos las reglas. Por ejemplo: si estamos en una fiesta en la que hay mucho ruido, puede que simplemente nos vayamos, aunque sabemos que la regla es no irse antes de tiempo.

Las personas no-autistas suelen ponerse de acuerdo fácilmente en qué es lo más importante, pero las personas autistas pueden ver las cosas de una manera distinta.

Por ejemplo:

James es autista. Tiene una amiga llamada Anne. Anne le cuenta que un mapache se metió a su casa y desordenó toda su habitación. Los otros amigos de Anne se enfocan en ayudar a Anne a limpiar su habitación. James está de acuerdo en que la habitación de Anne necesita ser limpiada, pero cree que es más importante asegurarse primero de que el mapache se encuentre bien. Los otros amigos de Anne no están de acuerdo con James. James no está haciendo nada malo, ni tampoco los amigos de Anne. Simplemente tienen ideas diferentes.

Contacto Visual

Muchas personas autistas no hacen contacto visual. Hacer contacto visual puede hacernos sentir mal o dificultar que le prestemos atención a lo que nos dicen. Puede ser difícil escuchar lo que alguien dice y mirarlo a los ojos al mismo tiempo. Así que no lo miramos a los ojos.

Las personas no-autistas pueden adivinar los sentimientos de los demás mirándolos a los ojos. También usan el contacto visual para expresar sus propios sentimientos. Por eso para ellos el contacto visual es tan importante.

Las personas autistas tenemos formas diferentes de compartir nuestros sentimientos, y mirar a los ojos no es una de ellas. Por ejemplo, podemos simplemente decir cómo nos sentimos.

A veces, algunas personas autistas pueden fingir que miran a los ojos, fingir que hacemos contacto visual, por ejemplo, mirando a la nariz. O podemos mirar a los ojos a pesar de que nos resulte muy incómodo hacerlo. A algunas personas autistas no les molesta para nada mirar a los ojos, pero a la mayoría de nosotros sí nos afecta.

Comunicación No-Verbal

El contacto visual es una forma de comunicación no-verbal. La comunicación no-verbal es la comunicación que no usa palabras, por ejemplo:

  • Lenguaje corporal
  • Expresiones faciales
  • Tono de voz

Las personas usamos comunicación no-verbal todo el tiempo, y nadie puede dejar de expresarse no-verbalmente. Siempre que alguien te esté viendo, puede ver tus expresiones no-verbales.

Las personas no-autistas suelen entender bastante bien lo que otros expresan con su comunicación no-verbal, y no tienen que pensar mucho para poder averiguarlo. Por ejemplo:

  • Cuando alguien tiene los brazos cruzados, saben que esa persona está molesta.
  • Cuando alguien da golpecitos repetitivos con un pie, saben que esa persona está impaciente.
  • Cuando alguien sonríe de determinada manera, saben que esa persona está feliz.

Pero las personas autistas usamos nuestra comunicación no-verbal de maneras muy diferentes a las de las personas no-autistas. Podemos cruzar los brazos porque necesitamos sentir presión, o podemos dar golpecitos con el pie porque estamos estimeando. Esto puede confundir a las personas no-autistas.

La comunicación no-verbal no solo es lo que una persona hace, también es lo que las otras personas piensan al respecto. La gente puede adivinar cómo se siente una persona según su comunicación no-verbal, pero cuando adivinamos algo podemos cometer errores.

Además, para las personas autistas puede ser mucho más difícil adivinar o comprender la comunicación no-verbal.

Por ejemplo:

Bob es autista, y ve que su amiga Sally sonríe. Bob piensa que Sally está feliz porque la ve sonriendo, pero en realidad Sally está molesta. A veces las personas sonríen de cierta forma cuando están molestas. Bob no se da cuenta de que Sally está molesta y trata de hablarle de cosas alegres. Esto hace que Sally se sienta aún más molesta.

La comunicación no-verbal usa muchos componentes. Debes usar tu voz, tu cara y tu cuerpo para comunicarte con alguien.

Esa persona también responde usando su voz, su cara y su cuerpo.

También tienes que tratar de adivinar lo que las personas están comunicando.

Son muchas cosas que suceden al mismo tiempo, y eso puede ser difícil para las personas autistas.

Las personas autistas podemos elegir comunicarnos solamente con nuestras palabras. Para eso nos aseguramos de que las personas entiendan lo que estamos diciendo y que nosotros entendamos lo que ellas responden. Esto funciona cuando las personas con las que hablamos también pueden enfocarse solamente en las palabras, pero a la mayoría de personas no-autistas se les dificulta hacer eso.

Resumen de todo esto

Las personas autistas socializan de manera distinta a las personas no-autistas. Puede que sea más cómodo para nosotros mandar textos en lugar de hablar por teléfono. Puede que no nos guste estar rodeados de muchas personas, ni tener conversaciones con reglas confusas.

Hay otras cosas del autismo que influyen en nuestra forma de socializar. Puede que tengamos problemas con los ruidos fuertes, así que quizá no vayamos a fiestas muy ruidosas. Si tenemos problemas moviéndonos, quizá no tengamos la capacidad de acercarnos a alguien y empezar una plática.

Hay muchas razones que hacen que los autistas socialicemos diferente. Debemos hacer lo que funcione para cada uno.

Viviendo el Día a Día

El autismo influye en la manera cómo vivimos nuestras vidas. Influye en nuestra manera de pensar, de sentir y de comunicarnos.

Muchas personas autistas necesitamos apoyos de manera cotidiana. Hay cosas que nos pueden resultar muy difíciles cómo mover el cuerpo, hablar con las personas o hacer cosas que requieren muchos pasos a la vez.

Por ejemplo, cocinar puede ser difícil para nosotros, porque es algo que toma mucho tiempo y requiere hacer muchas cosas a la vez. Pero las personas tenemos que cocinar todos los días, entre otras muchas tareas.

A los autistas nos cuesta más energía hacer estas cosas. Puede que no seamos capaces de hacer todo lo que debemos hacer todos los días, o puede que algunas de esas cosas no las podamos hacer nunca.

Por ejemplo:

Cass es autista. Cass tiene que trabajar hoy y estará en una reunión durante muchas horas. Cuando regresa a casa, no tiene energía para cocinar. No puede pensar en todo lo que hay que hacer para poder cocinar, pero igual necesita comer. Cass puede ordenar comida o puede buscar a una persona de apoyo para cocinar.

Roland es autista. No puede cocinar porque seguir todos los pasos que se necesitan para cocinar es muy difícil para el. Roland vive con una persona que cocina para él. Roland ayuda con los quehaceres de la casa de otras formas.

Es normal necesitar apoyo en tu vida cotidiana. Todas las personas, autistas o no, necesitamos el apoyo de alguien para vivir nuestras vidas. Piensa en los apoyos que tú y todas las personas que conoces necesitan.

Pensemos en alguien que puede conducir un auto y no necesita que nadie lo lleve a ningún sitio. Pero:

  • ¿Si el auto se descompone , esta persona podría repararlo sola?
  • ¿Esa persona armó sola el auto?
  • ¿Esta persona hizo sola todas las piezas del auto?
  • ¿Esta persona construyó sola las carreteras?

Puede que conozcas a alguien que puede hacer una o dos de estas cosas, pero nadie puede hacerlas todas por sí sola. Todos necesitamos apoyos.

Las personas autistas podemos necesitar más apoyos, por eso nuestras rutinas diarias pueden ser diferentes.

Aquí hay algunos ejemplos:

  • Alguien puede necesitar a una persona de apoyo todo el tiempo para no ponerse en peligro.
  • Alguien, a quien le cuesta escuchar cuando está en la escuela, puede necesitar a una persona que tome sus apuntes.
  • Alguien que tiene problemas saliendo a comprar puede pedir que le traigan víveres a su casa.
  • Alguien que tiene problemas para recordarlo que debe hacer, puede tener un acompañante laboral en el trabajo.

Está bien necesitar ayuda. Siempre deberías poder conseguir la ayuda que necesitas, y no hay nada de malo en pedir ayuda.

Las personas autistas podemos ser buenas para muchas cosas, y necesitar ayuda para otras.

No somos cómo las personas no-autistas y eso está bien. Nosotros no tenemos que comportarnos cómo personas no-autistas, y las personas no-autistas deben respetarnos tal y cómo somos.

Solo las personas autistas podemos decir lo que el autismo significa para nosotros, y cómo queremos que las demás personas nos apoyen.

Recursos del Capítulo 2

  • Todos se comunican – el Recurso CAA
  • En mi idioma – por Mel Baggs
  • Por qué debemos dejar de suprimir los stimmings – por Cassandra Crosman